martes, 7 de julio de 2009

ALEXIS DÍAZ BELMAR

Alexis Díaz Belmar, Fotógrafo Chileno, ganador del premio Fondart 2008 que le dio la posibilidad de realizar un libro con fotografías sobre las vendimias en el Valle de Colchagua en esta entrevista nos cuenta como fue la historia.

por Ezequiel Mazariegos


¿Cómo empezó el trabajo sobre Colchagua?
Colchagua es una provincia que queda al sur de Santiago. El valle de Colchagua es reconocido por sus vinos. Los viajes hacia allá comenzaron porque trabajaba en una agencia de comunicaciones para el vino. Hacíamos notas sobre el valle, lugares de interés y viñas. Trabajé ahí durante unos dos años. No era un trabajo personal, fotográficamente hablando, pero al ir conociendo el valle, me dieron muchas ganas de profundizar y me quedé una temporada de vendimia para registrar ese momento pic en la producción del vino. Ese fue el inicio.


¿Cuánto tiempo te llevo la recopilación de las imágenes para este trabajo?
Con el material recopilado en la vendimia, sentí que había un potencial cuerpo de trabajo. Así que decidí presentarlo como proyecto al gobierno, para poder realizar un registro más extendido e interiorizado sobre la zona de Colchagua, acompañado de una investigación histórica. El plazo para realizarlo era de un año. Afortunadamente yo ya contaba con al menos un tercio del registro, realizado en años posteriores. El primer y segundo capítulo del libro, se registró casi en su totalidad en menos de 6 meses.


¿Qué fue lo que sentiste al ser ganador del Fondart 2008?
Alegría. Fui a comprar pan una mañana de domingo con mi hijo, compré el diario, abrí la página de resultados e inmediatamente vi el nombre del proyecto favorecido. Ja! Sorpresa!


Contame sobre la realización del libro (alguna anécdota interesante)
El trabajo se hizo con mucho recorrido, mucha caminata. A veces, recorría varios kilómetros en un día. En una de esos recorridos, iba con Gabriela, nuestra ayudante de investigación, y Marta, una chica de Rinconada de Navarro, un pueblo de Colchagua. Vimos un aviso de Santa Marta, una bodega antigua en el costado del camino. Paramos a ver y hacer algunas consultas, vendían chicha y vino. Entramos y conversamos con el cuidador de la bodega, Cachorrito. El lugar era increíble, una bodega absolutamente colonial. Pequeña, muy antigua, con las barricas enormes de madera. Cachorrito decía que esta bodega era la más antigua de Colchagua, y que incluso Manuel Rodríguez, uno de los héroes de la independencia de Chile, pasaba por ahí a tomarse una chicha para seguir con sus fines guerrilleros. Las fotos que abren y cierran el libro son de ese lugar.



Cómo fue su edición, su fabricación?
Hacía el registro “oficial” en 35 mm, blanco y negro. También llevaba color digital. Así que siempre cuando llegaba a casa podía tener rápidamente alguna visualización de lo ocurrido. Luego enviaba los rollos a Marcos Sánchez, un gran laboratorista chileno, para hacer contactos. Como debía hacer reportes de estados de avance, me obligaba a ir editando cada cierto tiempo con copias de prueba, lo que facilitó la edición final.

¿Cómo ves la fotografía Sudamericana?
En lo que he visto, hay mucha diversidad. Y aunque veo difícil hacerse una panorámica de la escena actual, debido principalmente a la escasez de publicaciones especializadas, o al desconocimiento de autores que pueden estar haciendo algo interesante, siempre uno puede encontrar grandes maestros, que destacan en cualquier lugar del mundo, como Lourdes Grobet en México o Luís González Palma, en Guatemala y Argentina.


¿Cuál fue la última muestra de fotografía que visitaste y con que sensación te fuiste?
Hace unos meses viajé a Nueva York y fui al centro internacional de fotografía, increíble. Una pequeña galería a la entrada, dedicada a su fundador Cornell Capa, con una muestra de sus trabajos documentales sociales, y abajo un amplio lugar para la muestra principal, que era de Susan Míeselas, gran documentalista norteamericana y que fue muy importante para la fotografía chilena en tiempos de dictadura. Ella editó el libro Chile From Within, trabajado con fotógrafos chilenos de los ochenta, donde se mostraba el ambiente y abusos en dictadura.
La muestra era una retrospectiva de su trabajo. Mostraba su trabajo con los kurdos, en Nicaragua, con las chicas de las Vegas…todo. Y se podía tener acceso a revisar tranquilamente todas las publicaciones. Increíble, me fui muy feliz y motivado con lo que se puede expresar con la fotografía.
http://www.alexisdiaz.cl/

Las fotografías blanco y negro que ilustran la nota son de Alexis Díaz Belmar y las fotografías en color corresponden a su muestra sobre las vendimias en el Valle de Colchagua.

Gracias Alexis por darnos la posibilidad de realizar esta nota!!!

jueves, 2 de julio de 2009

ARTE FOTOGRAFICO

Entrevista al fotógrafo Jorge Mónaco.

foto: Jorge Mónaco (de la serie: Mennonitas)

“No me preocupa el hecho de ser artista ni de hacer arte. Pienso en hacer lo que a mi me gusta, si es arte o no, no me interesa.”



Por Victoria Brandan.

Una obra de arte es, por encima de todo, un hecho plástico. Al mismo tiempo, repercute inevitablemente en lo social, y sobre todo, en lo económico.
Indefectiblemente, la obra de arte plantea en quien la crea, vende, contempla o adquiere, una necesidad de valoración y comprensión, de interpretación y significado. Incluso más allá de las razones – a veces inexistentes – que puedan o no habitar en la intención del propio artista.
La fotografía ha necesitado mucho tiempo para convertirse en arte. Sin embargo, hoy ocupa un lugar de privilegio en museos, galerías y ferias de arte junto a la pintura, la escultura y otras formas de expresión contemporáneas. Es objeto de comentarios y críticas en la prensa especializada. Preguntas como: qué es el arte; qué es un artista; cuál es el valor de la obra de arte son llevadas también a la fotografía.
Jorge Mónaco es reconocido especialista en técnicas de laboratorio. Obras suyas se encuentran en colecciones oficiales y privadas. Ha realizado numerosas muestras colectivas e individuales. En esta entrevista nos cuenta su visión del arte fotográfico basada en un profundo profesionalismo y en la seguridad que le otorgan sus largos años de experiencia.

foto: Jorge Mónaco (fotografía estenopeica)
¿Cómo fue tu primer acercamiento con la fotografía?
Sería el año 80, 81. Estudiaba veterinaria. En ese entonces en mi carrera no había mucha investigación. Me interesaba hacer un documentalismo relacionado a los animales en su hábitat. Eso marcó el inicio de mi relación con la fotografía. Y empecé a estudiar sistemáticamente a los 19 años. Un cobrador del Banco Provincia, donde yo trabajaba, me vio con una revista de fotografía y me recomendó asistir a unas clases en Morón.

¿Cómo se vivía la fotografía en Argentina en ese momento?
Estábamos aislados del mundo. No entraban tendencias fotográficas del exterior, no se tenía acceso a libros, no se podía confrontar autores, estilos ni ver qué se hacía en otros países. El acceso a la fotografía estaba muy limitado para ciertas personas con mayores posibilidades económicas. La fotografía tenía una tendencia fuertemente artística pero no había conceptos ni narrativa como lo hay ahora. La obra era individual, muy ecléctica, diversa y dispersa. Había estilos reconocibles pero no un ensayo fotográfico como ahora. Mi único referente era el Foto Club. Hasta que hice un viaje por los viejos países de la Unión Soviética. El alejarme me ayudó a replantearme otro tipo de fotografía.

En la década del ´80 estuviste primero en el ranking de la Federación Argentina de Fotografía y también entre los primeros a nivel mundial. ¿Cómo viviste ese momento?
Si, el ascenso fue muy vertiginoso, muy rápido. Yo creía que se llegaba con más esfuerzo y como resultado de un trabajo mucho más profundo. A los dos, tres años de empezar ya estaba entre los primeros del país y del mundo. ¿Primero en qué? me preguntaba. Me presentaba a concursos y hacia exposiciones individuales porque era lo único que conocía pero nunca aspiré a esos seudo títulos porque no iba con mi filosofía. Consideraba que no podía ser artista sólo porque sumaba puntos al ganar concursos. Y esto me llevó a dejar de concursar.

foto: Jorge Mónaco (de la serie: Mennonitas)
Luego de esa etapa es cuando decidís dedicarte a la docencia…
Si, amo la enseñanza. Me gusta tanto producir mi obra como “producir alumnos” (risas). Disfruto de enseñar los pocos conocimientos que tengo, contagiar de entusiasmo y enseñarles a valorar lo que hacen, sin que se crean que son seres especiales. Hay gente que hace cosas increíbles pero nadie es especial.
Además de volcar conocimientos técnicos y conceptuales, no sé si corresponde o no, lo que hago es contener al alumno y trato que entienda los procesos sicológicos que va viviendo en el día a día. Los jóvenes, a veces, sobrevaloran lo que hacen y se proclaman “artistas”.Es una actitud cargada de mucha soberbia.

¿Considerás a la fotografía como arte?
Lo que hago es cuestionar todos los días a la fotografía como arte. Me parece interesante sacudir a la gente al poner en duda lo que hago. Como no se definir qué es arte… ¡Y más en una época en donde cualquier cosa que hagas es obra artística! Hasta me parece obsceno el valor que se le da al arte. Vender una fotografía en dos, tres millones de dólares cuando hay gente en el mundo que no tiene para comer.
Por eso creo que están sobrevaluados los términos “artista” y “arte”. Están muy vapuleadas y a veces son mal utilizados. No me preocupa el hecho de ser artista ni de hacer arte. Pienso en hacer lo que a mi me gusta, si es arte o no, no me interesa. Lo importante es disfrutar.

Pero es este momento la fotografía es considerada como un arte más...
En este momento la fotografía es la niña mimada de las galerías. Ha entrado hasta en el Museo de Bellas Artes. Antes era un lugar impenetrable para la fotografía. Tiene una importancia muy grande. Se le esta dando un lugar increíble. Hasta siento que los mismos pintores están un poquitos celosos… Igual, el público en general y los coleccionistas en particular todavía no invierten en fotografía, por lo menos no en Argentina. Sí en Estados Unidos, pero tienen otro mercado. Es un arte o una forma de expresión muy joven todavía.

¿Y cómo se expresa hoy la fotografía?
Como en todo, en arte también hay modas. Hay una tendencia a los formatos grandes, a lo monumental aunque sea feo o malo. Está todo muy maquillado. Por otra parte, es muy interesante porque hoy se puede hacer de todo y todo vale. Se trabaja con diferentes formatos y soportes, en digital, analógico, en blanco y negro, en color. Hay trabajos conceptuales y también meramente estéticos. Se está fusionando mucho con el video. Hoy en día conviven muchos estilos. Está tomando una diversificación muy grande que es muy interesante.

Y por último, para los jóvenes que se están iniciando en la fotografía, ¿Qué consejo les podes dar?
Siempre hay y habrá gente que te critique. Lo importante es saber de donde viene la crítica y estar preparado, no para el fracaso, sino para no ser bien recibido de entrada. Porque es este punto, veo que los jóvenes generalmente caen o dejan de hacer fotografía. No logran mantener la fuerza para insistir en hacer lo que les gusta. Y no hay que preocuparse por si es o no es arte. Eso lo decide el tiempo ●

*Jorge Mónaco nació en Buenos Aires, en octubre de 1957.
*En 1983 comenzó a participar en exposiciones. En ésta misma década ganó más de 100 premios al participar en concursos en todo el mundo.
*Desde 1995 se ha desempeñado como director de la Escuela Nacional de Fotografía (E.N.FO) en Buenos Aires.
*En 2002 obtuvo la Beca del Fondo Nacional de las Artes a la Investigación por su ensayo “Los Mennonitas”
*Sus obras se expusieron en más de 30 países.
*Su trabajo se pueden ver actualmente en la Galería
Pabellón IV.